Suelos fotovoltaicos
Módulos fotovoltaicos transitables y antideslizantes
Disponemos de suelos en diferentes colores para adaptarnos a sus necesidades . Consúltenos
En Grupo GISAMA instalamos suelos fotovoltaico que se pueden pisar. Gracias a este innovador producto, la superficie dedicada a la producción de energía verde se amplía y alcanza lugares que nunca antes se habían tenido en consideración.
Tener una instalación fotovoltaica en el suelo significa tener una mayor accesibilidad a la instalación, que se traduce en comodidad de instalación y de mantenimiento, además de una reducción en los gastos de instalación, limpieza y mantenimiento.
Este sistema de pavimentación fotovoltaica es un suelo flotante. Se instala en posición elevada respeto al suelo mediante el uso de un soporte mecánico regulable que lo separa del terreno a una altura de entre 3,5 y 5 cm. En este espacio que se crea se pueden ocultar las conexiones eléctricas para que, en un futuro, se puedan acceder a las mismas con facilidad para realizar inspecciones, mantenimiento e intervenciones (por debajo de una instalación normal de techo).
En lugar del clásico suelo de asfalto, cemento, baldosas o placas de materiales variados, hoy ya es posible instalar un sistema de pavimentación formado por módulos fotovoltaicos y darle vida al suelo con nueva energía, transformar el terreno sobre el que caminamos en una nueva fuente de energía: la energía del sol que ahora nace también de la tierra.
Y de noche, un sistema de iluminación LED colocado en los perfiles de la instalación permite apreciar el valor estético de la instalación, además de darle la máxima funcionalidad a las superficies fotovoltaicas.
Tener una instalación fotovoltaica en el suelo significa tener una mayor accesibilidad a la instalación, que se traduce en comodidad de instalación y de mantenimiento, además de una reducción en los gastos de instalación, limpieza y mantenimiento.
Este sistema de pavimentación fotovoltaica es un suelo flotante. Se instala en posición elevada respeto al suelo mediante el uso de un soporte mecánico regulable que lo separa del terreno a una altura de entre 3,5 y 5 cm. En este espacio que se crea se pueden ocultar las conexiones eléctricas para que, en un futuro, se puedan acceder a las mismas con facilidad para realizar inspecciones, mantenimiento e intervenciones (por debajo de una instalación normal de techo).
En lugar del clásico suelo de asfalto, cemento, baldosas o placas de materiales variados, hoy ya es posible instalar un sistema de pavimentación formado por módulos fotovoltaicos y darle vida al suelo con nueva energía, transformar el terreno sobre el que caminamos en una nueva fuente de energía: la energía del sol que ahora nace también de la tierra.
Y de noche, un sistema de iluminación LED colocado en los perfiles de la instalación permite apreciar el valor estético de la instalación, además de darle la máxima funcionalidad a las superficies fotovoltaicas.






Tener un panel fotovoltaico sobre el suelo supone mayor comodidad de instalación y mantenimiento y potencialmente una reducción en los gastos de instalación, limpieza y mantenimiento.
Los módulos fotovoltaicos se componen de una superficie de vidrio de 70 x 103 cm que se pueden componer y colocar como más guste.
Se puede pisar sin problemas: el vidrio de los módulos se ha templado mediante de una técnica especial para que sea antideslizante y pueda soportar hasta un peso de 200 kg/m2.
Cada módulo fotovoltaico está compuesto por 24 células con una potencia de 100/120 W, dependiendo de la coloración, con un vidrio con un grosor de 20 mm sin los marcos de aluminio.
Se puede pisar sin problemas: el vidrio de los módulos se ha templado mediante de una técnica especial para que sea antideslizante y pueda soportar hasta un peso de 200 kg/m2.
Cada módulo fotovoltaico está compuesto por 24 células con una potencia de 100/120 W, dependiendo de la coloración, con un vidrio con un grosor de 20 mm sin los marcos de aluminio.